Salamanca
Salamanca (nombre también de la capital) es una de las nueve provincias que conforman la Comunidad Autónoma de Castilla y León, limita al norte con las provincias de Zamora y Valladolid, al sur con la provincia de Cáceres, al este con la de Ávila y al oeste con Portugal.
Ubicación
Salamanca (nombre también de la capital) es una de las nueve provincias que conforman la Comunidad Autónoma de Castilla y León, limita al norte con las provincias de Zamora y Valladolid, al sur con la provincia de Cáceres, al este con la de Ávila y al oeste con Portugal. Está situada en el Campo de Salamanca, junto al río Tormes
Extensión

Situada a orillas del río Tormes, su extensión geográfica es de 12.336 Km2, lo que la convierte en la tercera provincia castellano-leonesa después de León y Burgos. Es la tercera provincia española con respecto al número de municipios: 362.
Habitantes
Actualmente, la provincia cuenta con 327.552 habitantes y la capital con 144.825
Latitud, altitud y clima
La altitud media de la provincia es de 830 m. sobre el nivel del mar. El Clima de la capital es de tipo continental, con inviernos fríos y secos y veranos calientes. La temperatura media es de 3,7º en enero, llegando en días de fuertes nevadas a varios grados bajo cero. Sin embargo, en verano alcanza 24,2º de media, aunque se puede llegar hasta los 35º ó 40ºC.
Salamanca (Ciudad)
La ciudad de Salamanca, situada en el oeste de España, es conocida por su rica historia y su prestigiosa universidad, que es una de las más antiguas de Europa. Fundada en el siglo XII, la Universidad de Salamanca ha sido un centro de conocimiento y cultura, atrayendo a estudiantes de diversas partes del mundo. Su impresionante arquitectura, que combina estilos gótico, renacentista y plateresco, se refleja en edificios emblemáticos como la Casa de las Conchas y la Catedral Nueva, que son testigos del esplendor histórico de la ciudad.
Salamanca no solo es un lugar de estudio, sino también un destino turístico que ofrece una experiencia cultural única. Pasear por sus calles empedradas permite a los visitantes sumergirse en un ambiente vibrante, donde la historia se entrelaza con la vida moderna. La Plaza Mayor, considerada una de las más bellas de España, es el corazón de la ciudad, donde locales y turistas se reúnen para disfrutar de la gastronomía típica, como el famoso hornazo y el jamón ibérico, mientras se deleitan con la arquitectura barroca que la rodea.
Además de su patrimonio arquitectónico y académico, Salamanca es un centro de festividades y tradiciones. Durante el año, la ciudad celebra diversas fiestas, como la Semana Santa y las Ferias de Salamanca, que atraen a miles de visitantes. Estas celebraciones no solo destacan la devoción religiosa de sus habitantes, sino que también reflejan la rica cultura y el folclore de la región. En resumen, Salamanca es un lugar donde la historia, la educación y la cultura se entrelazan, ofreciendo a quienes la visitan una experiencia inolvidable.
Figuras clave asociadas con la Universidad de Salamanca desempeñaron un papel crucial en su desarrollo y en el panorama intelectual europeo en general. Contribuyentes notables, como Francisco de Vitoria y Luis de León, surgieron de esta institución, logrando avances significativos en teología, filosofía y derechos humanos. Francisco de Vitoria, a menudo considerado un pionero del derecho internacional, introdujo ideas que posteriormente influirían en los conceptos modernos de soberanía y justicia. De igual manera, la obra literaria y bíblica de Luis de León contribuyó a la riqueza del Renacimiento español. Las contribuciones de estos pensadores no sólo elevaron el estatus de la universidad, sino que también dejaron una huella indeleble en los campos de las humanidades y las ciencias sociales, poniendo de relieve el impacto perdurable de la Universidad de Salamanca en el patrimonio intelectual de Europa.
¿Cuáles son los principales monumentos históricos en Salamanca?
Salamanca es una ciudad rica en historia y cultura, con numerosos monumentos emblemáticos. Aquí tienes algunos de los más destacados:
Palacio de Monterrey: El Palacio de Monterrey, ubicado en la ciudad de Salamanca, es una obra maestra de la arquitectura renacentista española. Construido en el siglo XVI, este imponente edificio fue encargado por la familia de los Duques de Monterrey, quienes deseaban un palacio que reflejara su poder y prestigio. La fachada del palacio es un ejemplo destacado del estilo plateresco, caracterizado por su rica ornamentación y detalles escultóricos que adornan las paredes. Entre los elementos más notables se encuentran los escudos heráldicos y las elaboradas ventanas, que confieren al edificio un aire de majestuosidad y elegancia.
El interior del Palacio de Monterrey no es menos impresionante. Al cruzar sus puertas, los visitantes son recibidos por un espléndido patio central, rodeado de arcos y columnas que evocan la grandeza de la época. Las salas del palacio están decoradas con frescos y tapices que narran historias de la nobleza y la historia de España, creando un ambiente que transporta a los visitantes a tiempos pasados. Además, el palacio alberga una valiosa colección de arte y mobiliario que refleja el estilo de vida de sus antiguos habitantes, ofreciendo una visión única de la cultura y la sociedad del siglo XVI.
Hoy en día, el Palacio de Monterrey no solo es un importante atractivo turístico, sino que también sirve como sede de eventos culturales y sociales. Su ubicación en el corazón de Salamanca, una ciudad conocida por su rica historia y su prestigiosa universidad, lo convierte en un punto de encuentro para locales y visitantes. La combinación de su arquitectura impresionante, su historia fascinante y su papel en la vida contemporánea de la ciudad hacen del Palacio de Monterrey un lugar imprescindible para quienes deseen explorar la herencia cultural de España.
Universidad de Salamanca: Importancia histórica de la Universidad de Salamanca
La Universidad de Salamanca es reconocida como una de las instituciones educativas más antiguas de Europa, cuya fundación se remonta a 1218 por iniciativa de Alfonso IX de León. Inicialmente conocida como «Scholas Salamanticae», esta institución tenía como objetivo proporcionar educación superior en el reino, sentando las bases de lo que se convertiría en un importante centro de aprendizaje. Durante sus primeros años, la universidad se centró en diversas disciplinas, en particular la teología, el derecho y las artes liberales. Su desarrollo inicial sentó las bases de una tradición de excelencia académica que influiría en los sistemas educativos de toda Europa durante los siglos venideros. La fundación de la Universidad de Salamanca marcó un momento crucial en la historia de la educación, ya que contribuyó al surgimiento de las universidades como centros de conocimiento e investigación académica en la época medieval. La influencia de la Universidad de Salamanca en la educación europea es innegable. Como una de las primeras universidades, sirvió de modelo para las instituciones de educación superior de todo el continente, especialmente en cuanto a su estructura y currículo. Los rigurosos estándares académicos y los innovadores métodos de enseñanza de la universidad atrajeron a académicos de diversas regiones, lo que propició el intercambio de ideas y el desarrollo intelectual. Este impacto es evidente en la creación de instituciones similares, como las de París y Bolonia, que adoptaron los marcos educativos de Salamanca. Además, muchos profesores de Salamanca trasladaron su experiencia al extranjero, difundiendo conocimientos y moldeando las prácticas educativas en países más allá de España, consolidando así su legado como piedra angular de la educación europea.
¿Cómo influyó la Universidad de Salamanca en Europa?
La Universidad de Salamanca tuvo un impacto significativo en Europa, especialmente durante el Renacimiento y la Edad Moderna. Fundada en 1218, fue una de las primeras universidades en Europa y se convirtió en un centro de excelencia académica y cultural. Aquí algunos puntos clave de su influencia:
Innovación en la enseñanza: Introdujo métodos pedagógicos avanzados y fomentó el debate académico, lo que ayudó a modernizar la educación superior en Europa.
La Escuela de Salamanca: En el siglo XVI, esta corriente de pensamiento, liderada por figuras como Francisco de Vitoria y Domingo de Soto, sentó las bases del Derecho Internacional y los derechos humanos. Sus ideas sobre la soberanía, la justicia y la ética influyeron en el desarrollo de la filosofía política y económica en Europa2.
Difusión del Humanismo: La universidad promovió el estudio de las letras clásicas y el pensamiento crítico, contribuyendo al movimiento humanista que transformó la educación y la cultura en Europa.
Modelo para otras universidades: La Universidad de Salamanca sirvió como inspiración para la creación de instituciones académicas en el mundo hispanoamericano y más allá, consolidando su papel como «Alma Mater» de muchas universidades.
Casa de las Conchas: La Casa de las Conchas, ubicada en la ciudad de Salamanca, es una de las edificaciones más emblemáticas y representativas del estilo gótico en España. Construida entre los siglos XV y XVI, esta magnífica casa se distingue por su fachada decorada con más de 300 conchas de piedra, que simbolizan la peregrinación a Santiago de Compostela. Este singular diseño no solo le otorga un carácter distintivo, sino que también refleja la riqueza y el estatus de su antiguo propietario, el noble Rodrigo de Gúzman. La combinación de elementos arquitectónicos góticos y platerescos en su estructura la convierte en un punto de interés tanto para los turistas como para los estudiosos de la historia del arte.
En el interior de la Casa de las Conchas, los visitantes pueden encontrar un impresionante patio central que alberga una serie de arcos y columnas que evocan la elegancia de la época. Este espacio, además de ser un lugar de descanso, sirve como un recordatorio del esplendor de la arquitectura renacentista. La casa también alberga una biblioteca pública, lo que la convierte en un centro cultural importante en Salamanca. La mezcla de historia, arte y literatura en este lugar lo convierte en un destino ideal para aquellos que buscan sumergirse en la rica herencia cultural de la ciudad.
La Casa de las Conchas no solo es un monumento arquitectónico, sino que también es un símbolo de la identidad salmantina. Su presencia en el corazón de la ciudad atrae a miles de visitantes cada año, quienes se sienten cautivados por su belleza y su historia. Además, la casa ha sido escenario de diversas actividades culturales y exposiciones, lo que refuerza su papel como un espacio vivo y dinámico en la comunidad. Sin duda, la Casa de las Conchas es un testimonio del pasado glorioso de Salamanca y un lugar que invita a la reflexión sobre la intersección entre la historia, el arte y la vida contemporánea.
Catedrales Nueva y Vieja: Las Catedrales de Salamanca, tanto la nueva como la vieja, son dos monumentos emblemáticos que reflejan la rica historia y la evolución arquitectónica de la ciudad. La Catedral Vieja, construida entre los siglos XII y XIII, es un magnífico ejemplo del estilo románico, caracterizado por sus arcos de medio punto y sus robustas estructuras. Este edificio no solo es un lugar de culto, sino también un testimonio de la fe y la devoción de generaciones pasadas. Su impresionante ábside y la famosa Torre del Gallo, que se alza majestuosamente, son elementos que atraen a numerosos visitantes y estudiosos de la arquitectura.
Por otro lado, la Catedral Nueva, erigida entre los siglos XVI y XVIII, representa un cambio hacia el estilo gótico y el renacimiento. Este edificio, más grande y más elaborado que su predecesor, destaca por su impresionante fachada y su magnífico retablo mayor, que alberga obras de arte de gran valor. La mezcla de estilos arquitectónicos en la Catedral Nueva, que incluye elementos platerescos y neoclásicos, la convierte en un verdadero hito de la creatividad y la innovación de la época. La cúpula, que se eleva sobre la ciudad, es un símbolo de la grandeza de la arquitectura religiosa en España.
Ambas catedrales no solo son un testimonio de la devoción religiosa, sino que también son un reflejo de la historia cultural de Salamanca. La cercanía de estos dos edificios, que se encuentran uno al lado del otro, permite a los visitantes apreciar la transición de estilos y técnicas a lo largo de los siglos. Además, la importancia de las catedrales en la vida social y cultural de la ciudad se manifiesta en las numerosas festividades y eventos que se celebran en su entorno. Así, las Catedrales de Salamanca no solo son un destino turístico, sino también un símbolo perdurable de la identidad y el patrimonio de la ciudad.
Plaza Mayor: La Plaza Mayor de Salamanca es una joya arquitectónica barroca construida entre 1729 y 1756. Su diseño inicial fue obra del arquitecto Alberto de Churriguera, aunque otros arquitectos continuaron la obra con pocas modificaciones. Originalmente, ocupaba parte de la antigua Plaza de San Martín, un espacio donde se realizaban mercados diarios.
El proyecto fue impulsado por el corregidor Rodrigo Caballero, quien convenció al Ayuntamiento de la necesidad de una plaza más armónica y acorde con las tendencias urbanísticas de la época. A lo largo de los siglos, la plaza ha sido testigo de importantes eventos culturales, políticos y festivos en Salamanca.
En el siglo XIX, sufrió diversas remodelaciones urbanísticas, y en el siglo XX se eliminaron jardines, un quiosco de música y urinarios públicos para dejarla diáfana. Miguel de Unamuno la describió como un cuadrilátero «irregular, pero asombrosamente armónico».
Hoy en día, la Plaza Mayor es el corazón de la vida social de Salamanca y está reconocida como Bien de Interés Cultural.
La Historia de Salamanca
Salamanca, una ciudad en la comunidad autónoma de Castilla y León, tiene una historia fascinante que se remonta a hace unos 2,700 años. Sus orígenes se encuentran en la Primera Edad del Hierro, cuando los primeros pobladores se asentaron en el cerro de San Vicente, junto al río Tormes2. Desde entonces, la ciudad ha sido testigo del paso de diversas culturas, incluyendo los vacceos, vettones, romanos, visigodos y musulmanes.
Durante la época romana, Salamanca, conocida como «Salmantica,» se convirtió en un importante enclave estratégico gracias a la construcción de la Vía de la Plata y su famoso Puente Romano. En la Edad Media, la ciudad floreció culturalmente con la fundación de la Universidad de Salamanca en 1218, una de las más antiguas de Europa1. Este período también vio la construcción de monumentos emblemáticos como la Catedral y la Plaza Mayor2.
Salamanca es conocida por su rica herencia cultural y su papel en la historia universal, con figuras como Antonio de Nebrija, Cristóbal Colón y Miguel de Unamuno vinculados a la ciudad.
Los orígenes de Salamanca: más allá de lo que cuentan los libros
Mucho antes de que las piedras doradas definieran el paisaje urbano salmantino, este territorio ya albergaba vida y cultura. Los primeros habitantes de lo que hoy conocemos como Salamanca nos dejaron un legado que sigue revelándose bajo el suelo que pisamos.
Primeros asentamientos humanos en la zona
El primer hábitat humano documentado en Salamanca se remonta a principios del primer milenio antes de Cristo. Los arqueólogos han encontrado restos cerámicos en el cerro de San Vicente pertenecientes a la cultura de Cogotas I del Bronce Final. Sin embargo, el primer asentamiento realmente estable se estableció en ese mismo cerro durante el siglo VII a.C., vinculado a la cultura del Soto de Medinilla de la primera Edad del Hierro.
Hace aproximadamente 2.700 años, una pequeña aldea se asentó definitivamente en esta zona. La elección del lugar no fue casual: contaba con tres tesos formados por la erosión de los arroyos de San Francisco y Santo Domingo, además de la proximidad al río Tormes. Estas características geográficas ofrecían protección natural y control sobre el territorio circundante.
Posteriormente, durante la segunda Edad del Hierro (desde el siglo IV a.C.), surgió un nuevo núcleo en el denominado «teso de las catedrales» o «cerro de San Isidro», con carácter castreño que perduró hasta la romanización. Este asentamiento no era una simple aldea: contaba con murallas de entre 3,5 y 7 metros de anchura.
Recientemente, las excavaciones arqueológicas han revelado algo sorprendente: estos primeros pobladores mantenían contactos con civilizaciones mediterráneas. El hallazgo de un amuleto de culto a la diosa egipcia Hathor demuestra que existía intercambio cultural con fenicios más allá de simples relaciones comerciales.
El enigma del nombre ‘Salamanca’
El origen del nombre de la ciudad constituye uno de sus grandes misterios. Existen diversas teorías:
- Ptolomeo afirmaba que su nombre original era Semántica o Salmática, una polis dominada por los vacceos.
- Los griegos la denominaron Helmantiké, que significa «tierra de adivinación».
- Tito Livio y Plutarco la llamaron Hermandica, mientras que Polieno la nombró Salmantida o Salmatis.
- Justino y otros historiadores atribuyen la fundación a Teucro, hijo del rey de Salamina, quien la llamó Salamática recordando su patria.
- Otra teoría sugiere que deriva del dios Helman, adorado por los primeros pobladores neolíticos.
El filólogo Martín Ruipérez propuso que «sala» designaba originalmente el vado de un río, aunque reconoció que esta interpretación resulta difícil de demostrar completamente.
Vestigios prerromanos y celtas
Desde mediados del siglo IV a.C. podemos hablar propiamente de la ciudad celtibérica de Salmantica. Los vestigios de esta época aún se conservan en fragmentos de muralla visibles en varias calles del casco antiguo.
El territorio salmantino estuvo influenciado por dos importantes pueblos prerromanos: los vacceos y los vetones. Estos últimos, de cultura celta, habitaron la zona entre los siglos VII y II a.C., dejando como legado los conocidos «verracos», esculturas zoomorfas como el famoso Toro del Puente.
En el oeste de la provincia existe una ruta conocida como «Territorio Vetón», donde se pueden visitar impresionantes yacimientos fortificados construidos hace más de 2.500 años. Los castros de Las Merchanas y Yecla la Vieja son ejemplos notables de estas fortificaciones.
Un momento crucial en esta historia sucedió en el año 220 a.C., cuando el general cartaginés Aníbal sitió y conquistó la antigua Helmántica. Según relata Plutarco, los habitantes intentaron rendirse ofreciendo plata y rehenes, pero después se rebelaron. Aunque Aníbal los apresó, quedó tan impresionado por la valentía de las mujeres salmantinas que «devolvió a sus hombres la patria y la riqueza».
La huella romana y visigoda: secretos bajo tierra
Bajo las calles empedradas de Salamanca duerme una ciudad romana y visigoda cuyos vestigios han resistido el paso de los siglos, guardando secretos que solo ahora comienzan a revelarse gracias a la arqueología moderna.
La ciudad de Salmantica y su red de calzadas
A partir de mediados del siglo I a.C., la antigua Salamanca experimentó una transformación profunda cuando los romanos convirtieron Salmantica en una populosa civitas y un enclave estratégico dentro del trazado de la Vía de la Plata. Esta importante calzada, originalmente conocida como Calzada Romana Itinerario XXIV de Antonino (Caracalla), cambió su nombre durante la época árabe a Vía de la Plata debido al brillo de su empedrado.
La calzada romana conectaba Emerita Augusta (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga), atravesando la comunidad de Castilla y León. Su construcción comenzó en el siglo I a.C., durante el reinado de Augusto, y estaba finalizada en todos sus tramos ya en el 19 a.C.. El Imperio la utilizó principalmente para comunicar el sur peninsular, ya plenamente romanizado, con el norte recién incorporado y sus codiciadas minas de oro.
Las descripciones que hace Estrabón de la distribución de las tropas romanas en Hispania muestran que el despliegue romano estaba habilitado desde Astorga hasta Lusitania. Durante la dinastía Flavia, la zona norte de España experimentó una gran actividad constructiva, incluida la explotación de las minas auríferas de Las Cavenes (El Cabaco) a comienzos del siglo I.
Restos ocultos en el subsuelo urbano
La historia de Salamanca no está solo en sus monumentos visibles, sino también en su subsuelo, que guarda un rico patrimonio antrópico: elementos relacionados con el transporte de aguas, bodegas, criptas y canalizaciones. Estos vestigios se distribuyen por el centro histórico: Calatrava, la Universidad Pontificia, los Jardines de la Merced, la Plaza del Mercado y la Purísima, entre otros lugares.
En noviembre de 2015, durante una excavación de urgencia en la calle Libreros, se encontraron fragmentos de una estatua masculina togada de mármol, posiblemente ubicada originalmente en el foro romano. Este hallazgo, junto con varias inscripciones de principios del Imperio, sugiere la promoción jurídica del antiguo oppidum indígena a civitas romana durante el reinado de Augusto.
Las intervenciones arqueológicas han revelado una secuencia estratigráfica completa en el solar del antiguo Colegio Mayor Trilingüe, con cuatro niveles que abarcan desde el siglo III a.C. hasta finales del siglo IV o V d.C.. En el nivel 3, correspondiente a la fase de apogeo de la civitas hispanorromana (70-300 d.C.), se definió una trama ortogonal de calles y viviendas, descubriéndose incluso una calle pavimentada bajo la que corría una acequia o acueducto.
Sin embargo, muchos de estos espacios subterráneos requieren un trabajo intenso de especialistas, pues están tapiados o se han convertido en vertederos. La aparición de restos arqueológicos es constante en el casco antiguo, donde cada excavación revela nuevos misterios del pasado.
El puente romano: más que una vía de paso
El puente romano constituye uno de los monumentos más característicos de Salamanca junto a las catedrales y la Plaza Mayor. Aunque antiguamente existía la creencia popular de que había sido construido primero por Hércules y posteriormente reedificado por Trajano, las investigaciones históricas sitúan su construcción en la segunda mitad del siglo I.
Surgió como respuesta a la necesidad de proporcionar un cruce sobre el río Tormes para los viajeros que recorrían la Vía de la Plata. Con una longitud total de 358 metros, está formado por 27 arcos, de los cuales solo los primeros 15 corresponden al puente original romano. El tramo romano mide 201,20 metros, mientras que el nuevo, construido tras la riada de 1626, mide 157,50 metros.
Los romanos utilizaron piedra vaugnerítica de origen granítico para su construcción y apoyaron los arcos en tajamares triangulares para reducir el efecto de las crecidas. Es notable que este puente sigue siendo funcional: en el puente nuevo de Salamanca construido en el siglo XIX, podemos encontrar un cartel que indica «atención, vehículos de más de 18 Ton. por puente romano».
Tras la época romana hay pocos datos sobre el papel del puente durante las invasiones de suevos, vándalos y alanos, ni durante el reinado visigodo de Toledo. No obstante, la presencia visigoda en la provincia salmantina está bien documentada, como demuestran los hallazgos en la dehesa de la Genestosa (Casillas de Flores), donde se han encontrado entre 14 y 16 cabañas con forma circular de los siglos VI y VIII.
Edad Media: entre sabiduría, guerras y leyendas
Edad Media: entre sabiduría, guerras y leyendas
La Edad Media transformó radicalmente el perfil de Salamanca, convirtiéndola en un núcleo de conocimiento y conflicto donde la historia se entrelaza con la leyenda en cada rincón de sus calles medievales.
La fundación de la Universidad y su impacto oculto
El año 1218 marcó un hito trascendental para Salamanca cuando el rey Alfonso IX de León instituyó el Studium Generale en la ciudad. Este acontecimiento, aunque poco valorado en su momento, cambiaría para siempre el destino de la urbe. Posteriormente, Alfonso X el Sabio otorgó mediante cédula real el título de UNIVERSIDAD en 1252.
Durante sus primeros años, la institución impartió principalmente estudios de Derecho, Lógica y Medicina. Su crecimiento fue extraordinario: en el siglo XIV contaba con apenas 400 alumnos, pero a finales del XVI ya albergaba 6.000 estudiantes. Esta explosión académica provocó una expansión física por toda la ciudad, con la construcción de las Escuelas Mayores a partir de 1415.
Sin embargo, fue durante los siglos XV y XVI cuando la Universidad se convirtió en un auténtico núcleo de conocimiento, atrayendo a miles de estudiantes y órdenes religiosas fascinadas por el ambiente intelectual y humanístico.
La Cueva de Salamanca: mito, magia y realidad
Entre las piedras doradas de Salamanca se esconde uno de sus secretos mejor guardados: la famosa Cueva de Salamanca. Este espacio, en realidad la antigua cripta de la iglesia de San Cebrián, generó una de las leyendas más fascinantes de la ciudad.
Según la tradición popular, en esta cueva el mismísimo Diablo impartía clases de nigromancia y esoterismo a siete estudiantes durante siete años. Al finalizar los estudios, uno de ellos, elegido por sorteo, debía quedar al servicio del demonio como pago. El Marqués de Villena, supuesto estudiante aventajado, consiguió escapar con vida aunque perdió su sombra en manos del Maligno.
Isabel la Católica, probablemente inquieta por estas historias, ordenó tapiar preventivamente el acceso a la cueva con argamasa y piedras.
El papel de Salamanca en la Reconquista
A finales del siglo XI, el conde francés Raimundo de Borgoña, yerno del rey Alfonso VI, inició la repoblación de Salamanca con un nutrido grupo de gentes, predominando francos y gallegos. Una de sus primeras medidas fue restaurar la sede episcopal en 1102.
Mientras los distintos grupos de pobladores se distribuían alrededor de unas cuarenta colaciones con sus correspondientes iglesias, comenzó la construcción de la catedral románica y se reconstruyó la antigua muralla. Durante este periodo, la ciudad acogió también a una numerosa comunidad judía.
La Salamanca medieval no estuvo exenta de conflictos. En el siglo XV, la ciudad quedó dividida en dos bandos nobiliarios enfrentados: San Benito y Santo Tomé. Sus brutales disputas aterrorizaron a la población hasta tal punto que la Plaza del Corrillo llegó a conocerse como «Plaza de la Yerba», pues ningún vecino se atrevía a cruzarla por miedo a las refriegas.
Renacimiento y Barroco: símbolos escondidos en piedra
Tallados en la dorada piedra de Villamayor, los edificios renacentistas y barrocos de Salamanca guardan mensajes cifrados que han desconcertado a estudiosos durante siglos.
Los mensajes secretos en la fachada de la Universidad
La Fachada Rica de la Universidad, obra cumbre del plateresco español, fue terminada en 1553 y constituye un auténtico libro pétreo repleto de enigmas. En su primer cuerpo destaca un medallón dedicado a los Reyes Católicos con una inscripción en griego que significa «Los Reyes a la Universidad y la Universidad a los Reyes». El segundo nivel exhibe tres escudos flanqueados por medallones de Carlos V y la reina Juana, mientras el tercero presenta alegorías complejas que incluyen a Hércules y Venus.
La restauración realizada en 2016 permitió descubrir aspectos previamente inadvertidos, como un curioso «graffiti» fechado en 1853 y firmado por «N. Mendivil». Además, en el interior del edificio, el claustro alberga siete misteriosos emblemas renacentistas tallados entre 1525 y 1530, cuyo significado sigue siendo objeto de estudio académico.
La rana, la calavera y otros símbolos esotéricos
Sin duda, el elemento más buscado por los visitantes es la pequeña rana posada sobre una calavera, un detalle ornamental que ha cobrado tal importancia que ha llegado a desplazar al elemento principal de la fachada. La tradición estudiantil sostiene que encontrarla trae fortuna académica, aunque su verdadero significado es más profundo.
El catedrático Benjamín García-Hernández sostiene que este conjunto busca transmitir un mensaje para burlar a la Inquisición. La calavera representaría al príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos fallecido prematuramente en 1497, mientras que la rana aludiría al proverbio «cuando las ranas críen pelo», sugiriendo sutilmente que la resurrección es imposible.
El auge de las órdenes religiosas y sus misterios
Las órdenes religiosas, especialmente dominicos, franciscanos y jesuitas, dejaron su impronta en la arquitectura salmantina. El Convento de San Esteban, iniciado en 1524, es uno de sus máximos exponentes. Su fachada plateresca, diseñada por Rodrigo Gil de Hondañón, funciona como un gigantesco retablo que integra referencias bíblicas, doctrinales y numerosos elementos heráldicos.
Su construcción se prolongó hasta 1610, empleando a cinco arquitectos, diez pintores, seis escultores, veintidós tallistas y más de ochocientos obreros, con un coste aproximado de un millón de reales. Este despliegue monumental refleja cómo los dominicos utilizaban la arquitectura para transmitir su poder e influencia mediante edificaciones características del Renacimiento español.
Siglos XIX y XX: transformaciones invisibles a simple vista
El paisaje salmantino experimentó cambios profundos durante los últimos dos siglos, alteraciones que a menudo pasan desapercibidas pero que reescribieron silenciosamente la historia de la ciudad dorada.
La Guerra de la Independencia y sus cicatrices
La batalla de los Arapiles, librada el 22 de julio de 1812 en las colinas cercanas a Salamanca, marcó un punto de inflexión en la guerra contra los franceses. Este enfrentamiento, el más numeroso del siglo XIX en suelo español, terminó con una victoria decisiva de las tropas anglo-luso-españolas comandadas por Wellington.
Sin embargo, el precio para Salamanca fue devastador. Los franceses habían destruido notables edificios para construir fortificaciones en tres conventos: San Cayetano, San Vicente y La Merced. Tras el asedio de 1812 y la venganza francesa del 15 de noviembre, casi la mitad de la ciudad quedó reducida a escombros, como si «un inmenso terremoto la hubiera querido borrar del mapa».
El papel de Salamanca en la Guerra Civil
El 19 de julio de 1936, apenas un día después del alzamiento militar, Salamanca cayó en manos de los sublevados. Durante la lectura del bando de guerra en la Plaza Mayor, se produjo un tiroteo que dejó cuatro hombres y una niña muertos.
Francisco Franco estableció su Cuartel General en el Palacio Episcopal hasta 1937, convirtiendo Salamanca en centro neurálgico del bando nacional. Desde aquí se dirigió una dura represión que afectó especialmente a pueblos de tradición republicana como Villavieja de Yeltes.
El 12 de octubre de 1936, el Paraninfo universitario fue escenario del famoso enfrentamiento entre Miguel de Unamuno y el general Millán Astray, donde el rector pronunció su célebre «venceréis, pero no convenceréis».
Cambios urbanos que borraron parte de su historia
Desde finales del siglo XIX, el centro histórico salmantino sufrió una transformación radical que cambió el trazado urbano y su imagen. La desaparición de edificios dañados durante la Guerra de la Independencia dio origen a nuevas plazas que mejoraron el tránsito y la ventilación.
A partir de 1860, los arquitectos municipales comenzaron a trazar planes de alineación que gradualmente eliminaron las irregularidades propias del Antiguo Régimen. Entre 1935 y 1955, la ciudad experimentó su mayor crecimiento demográfico, pasando de 46.867 habitantes en 1930 a 71.872 en 1940.
La Gran Vía se consolidó como arteria principal con la construcción de edificios emblemáticos como el Gobierno Civil, mientras nuevos barrios como Vidal, Labradores y Garrido transformaban la periferia. Para 1956, Salamanca vivía un auténtico boom constructivo con 2.707 viviendas en diferentes fases de ejecución.
Escudo
El escudo de Salamanca es un símbolo emblemático que representa la rica historia y la identidad cultural de esta ciudad española. Este escudo, que ha evolucionado a lo largo de los siglos, se caracteriza por su diseño distintivo que incluye elementos heráldicos que reflejan la importancia de Salamanca en el contexto histórico y académico de España. En su parte superior, se puede observar la imagen de un castillo, que simboliza la fortaleza y la defensa de la ciudad, mientras que en la parte inferior se encuentran las cadenas que representan la unión y la lealtad de los habitantes de Salamanca.
Además, el escudo de Salamanca está adornado con una serie de elementos que hacen referencia a su prestigiosa universidad, una de las más antiguas de Europa. La presencia de libros y otros símbolos académicos en el escudo subraya la dedicación de la ciudad a la educación y al conocimiento. Este aspecto es fundamental, ya que Salamanca ha sido un centro de aprendizaje y cultura desde la Edad Media, atrayendo a estudiantes y eruditos de diversas partes del mundo. La combinación de estos elementos en el escudo no solo resalta la herencia académica de la ciudad, sino que también refuerza su papel como un faro de saber y progreso.
Por último, el escudo de Salamanca no solo es un emblema visual, sino que también encarna el espíritu de la comunidad salmantina. A lo largo de los años, ha sido utilizado en diversas ceremonias y eventos, convirtiéndose en un símbolo de orgullo para sus habitantes. La representación de la ciudad en el escudo es un recordatorio constante de su historia, sus tradiciones y su compromiso con la educación y la cultura. En este sentido, el escudo de Salamanca es mucho más que un simple diseño; es un testimonio de la identidad colectiva de una ciudad que ha dejado una huella indeleble en la historia de España.
Fiestas locales
12 de junio, San Juan de Sahagún, patrón de la ciudad.
8 de septiembre, Virgen de la Vega, patrona de la ciudad. Abre la semana de Ferias y Fiestas.
Lunes de aguas, el lunes siguiente al lunes de Pascua
1–15 de junio, Festival Internacional de las Artes de Castilla y León
Semana Santa en Salamanca, declarada de Interés Turístico Internacional en 2003
Folclore y costumbres
A los salmantinos se les conoce también como charros y el campo de alrededor lleva el nombre de Campo Charro.
A los toros del campo charro se les llama salamanquinos y este término es considerado como un insulto cuando se emplea con una persona.
Un accesorio popular de las capas en los hombres y del vestido de charra es el botón charro.
La celebración de la Semana Santa es muy tradicional, con más de 7 siglos de existencia y notables y artísticos pasos procesionales.
El Lunes de aguas (lunes siguiente al Lunes de Pascua) es tradicional salir al campo a comer el hornazo. Esta tradición se da en toda la provincia.
La Corporación
Alcalde | |
Tte. Alcalde | |
Concejal | |
Ayuntamiento
Secretario | Fernando Garcia Flores |
Dirección | Plaza Mayor, 1 37002 Salamanca |
Teléfono | 923 27 91 00 |
Fax | 923 27 91 14 |
Web | http://www.aytosalamanca.es |
Sede Electrónica | https://www.aytosalamanca.gob.es |
ayuntamiento@aytosalamanca.es |