Busto de Julio César. Victorioso militar, estadista que arrebató al senado, ganándolos para sí, gran parte de sus intocables privilegios, y prosista notable caracterizado por su sabia rotundidad, el ambicioso Julio César perteneció a una familia romana de gran abolengo y mantuvo durante su vida el prurito de la elegancia en el vestir. Lo atildado y apersonado de sus cabellos así parecen confirmarlo y, de la misma manera, sus rasgos angulosos declaran el carácter sobresaliente del autor de La Guerra de las Galias y los Comentarios de la guerra civil, únicas obras conservadas de su producción literaria, la cual, además de poemas y tragedias, incluía premonitoriamente un tratado sobre los augures y los auspicios. Proclamó los antecedentes divinos de la familia a la que pertenecía, la gens Julia, inculcando tal idea no sólo a los senadores y a sus partidarios, sino también al pueblo. Al final de su vida, dueño ya absoluto del poder, rodeó su persona de signos externos tendentes a manifestar con ellos su poder «monárquico», haciéndose acompañar de 72 lictores. Asimismo, situó sus estatuas en las plazas y templos de Roma junto a las de los demás dioses. En la imagen, un busto de César conservado en el Museo de Historia del Arte de Viena.

Busto de Julio César

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